LETARGO
En las regiones templadas, el flujo de agua y nutrientes se reduce mucho durante el otoño y toda la actividad interna acaba por interrumpirse totalmente durante los meses más fríos y oscuros. Todo acaba por bloquearse. Los cambios estacionales son muy importantes para el ciclo anual de todas las plantas perennes. Todas las plantas, incluso las que viven en las selvas tropicales, necesitan alternar períodos de reposo y de actividad.
Las plantas anuales se limitan a generar semillas y volver a empezar partiendo de cero. Sin embargo, en las perennes la caída de la hoja constituye una parte muy importante del ciclo y es un proceso muy delicado. Las plantas caducifolias -o sea, las que pierden sus hojas en otoño- no dejan caer sus hojas simplemente porque éstas se hayan muerto; la caída de la hoja es un proceso que la planta regula con gran precisión. Si nos fijamos en una rama que haya sido dañada durante el verano, podremos observar que no pierde sus hojas. Para que éstas caigan, es necesario que las hojas vivas desarrollen una capa de pequeñas células parenquimáticas en su base o en la del pecíolo, que se romperá por gelificación y por turgencia cuando lleguen los primeros fríos.
Las perennifolias suelen ir renovando sus hojas a lo largo de todo el año, pues sus hojas duran un máximo de seis años.
En una pequeña planta herbácea o en un arbusto, los signos más evidentes de que está en período de reposo, o letargo, son la ausencia de hojas y el cese del crecimiento. Pero en un tallo que se haya convertido en un tronco leñoso, los ciclos de actividad y reposo pueden verse claramente en los anillos de crecimiento que se aprecian al seccionarlo y que también se emplean para calcular su edad. El cámbium es una zona especial situada en el interior del tallo maduro y formada por células jóvenes que permite que el tallo crezca en grosor. De lo contrarío, sería incapaz alcanzar la resistencia necesaria para soportar el creciente peso de la planta cuando esta crece en altura. El cámbium forma cada vez más leño hacia adentro y más tejidos corticales secundarios hacia fuera. También sirve para transportar las enormes cantidades de agua que son necesarias para proveer a las hojas y a los tallos jóvenes.
ANILLOS DE CRECIMIENTO
En la Europa templada las células del cambium se multiplican más activamente en primavera, cuando los elementos de xilema que produce tienden a engrosarse. Esta madera generada en primavera es muy distinta de la de otoño, que es cuando los elementos de xilema son más densos y compactos. Estos anillos de crecimiento también constituyen un registro meteorológico muy preciso; un verano muy seco hace que se reduzca considerablemente la banda de crecimiento correspondiente a ese año, mientras que una ola de frío fuera de temporada puede dar lugar a un crecimiento de tipo otoñal que ocasionará un falso anillo. Si el árbol sufre alguna enfermedad también la reflejará ralentizando su crecimiento normal de una forma similar. De todos modos, si no aparecen enfermedades ni se producen alteraciones climatológicas, puede decirse que cada anillo representa una temporada completa en la vida del árbol.
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